Vicente Alfonso
Mark Twain estuvo ligado estrechamente al río Mississippi. Lo navegó de arriba a abajo, memorizó sus riberas, supo reconocer las amenazas y los caprichos de ese majestuoso torrente, tan temperamental que podría decirse que es un ser vivo. Incluso el nombre que adoptó para firmar sus textos —nació siendo Sam Langhorne Clemens— proviene de las prácticas de quienes recorrían esas aguas. Vicente Alfonso pasa revista en estas conferencias a la tortuosa vida del escritor estadounidense, mostrando su vitalidad, la astucia con que volcaba su experiencia personal en relatos universales, las peripecias de un hombre que fue piloto, periodista, viajero, empresario, actor que se interpretaba a sí mismo. Con agudeza para separar lo real de lo imaginario, aquí se revisan las polémicas de ayer y hoy sobre sus icónicos personajes —incluidas las acusaciones de racismo—, la influencia que tuvo en prosistas como Hemingway y García Márquez, la imaginación desbordada y las preocupaciones morales de un creador al que podríamos considerar como uno de los padres de la autoficción. En este viaje por la vida y la obra del narrador nacido en Missouri en 1835, Vicente Alfonso construye con los principales hitos biográficos de Mark Twain una feliz guía de lectura.
Haz clic aquí para ver el índice. Y acá para leer un fragmento.
Diseño de portada: Estudio Ahuehuete | Diseño: Alejandra Guerrero, ilustración: Valeria List
ISBN 978-607-99517-2-6 (Fundación para las Letras Mexicanas)
ISBN 978-607-69818-0-1 (Grano de Sal)
164 pp., 11 × 17 cm, $140
¡Ahora en preventa!
Compra un ejemplar de este libro antes del 25 de mayo y recibe una postal con la ilustración de portada, de Valeria List; además, usa el código FLM para obtener un descuento de $50 en el costo de envío (los pedidos se enviarán a partir de ese día).
Mark Twain jugó magistralmente con la ficción y la prohibición, con la mentira y la autobiografía. En esta serie de conferencias convertidas en ensayo, Vicente Alfonso nos regala su vasto conocimiento y su reflexión profunda sobre este clásico, recordándonos siempre que las interpretaciones de un texto y las memorias de una vida cambian tanto como las corrientes del río Mississipi.
Elisa Corona Aguilar